Stephen Hawking, uno de los más prominentes científicos de la historia, fue muy claro meses antes de morir, cuando le preguntaron acerca de cual tecnología consideraba como la más promisoria para la humanidad: la fusión nuclear. No es casual que hoy en día, tanto gobiernos, como algunos de los empresarios más poderosos del planeta, estén dedicando grandes esfuerzos a este santo grial, pues, entre sus múltiples aplicaciones, podría estar la respuesta para la energía del futuro.
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Qué es la fusión nuclear
La energía nuclear ya existe y se desarrolla desde hace mucho tiempo. No obstante que hasta ahora, la fusión nuclear, es decir el proceso de división de átomos, era el principal referente. Sin embargo, este método genera una gran cantidad de residuos peligrosos y muy complejos de disolver, por lo que no representa una solución eficiente para nuestros tiempos de desgaste planetario. Además, al realizarse principalmente a través de elementos altamente inestables como el plutonio o el uranio, resulta bastante riesgoso; basta recordar Chernobyl o Fukushima.
En cambio, la fusión nuclear, es decir la conjunción de átomos, está siendo abrazada por la ciencia moderna, como una solución mucho más eficiente para crear energía limpia y duradera. De hecho, el sol, se mantiene con una flamante energía perdurable, con base en este principio; pues por ejemplo, la fusión de hidrógeno para producir helio, genera grandes cantidades de energía, que es lo que se pretende aplicar en nuestro mundo terrenal, como una forma más eficiente de producir energía limpia e inagotable. Además, de que este esquema es mucho más seguro y fácil de controlar.
La carrera mundial de la fusión nuclear
Es por esto que países como Rusia, Estados Unidos, Corea del Sur, China, están desarrollando sus propias instalaciones y laboratorios científicos, para intentar desarrollar la fusión nuclear a un nivel más avanzado, que permita su explotación rentable con fines prácticos.
Tal es el furor y convicción de la comunidad científica y tecnológica, que de igual forma los líderes de mega corporaciones como Amazon, Paypal o Microsoft, están también invirtiendo millones en sus propios desarrollos, buscando ser los primeros en esta nueva carrera tecnológica; la cual representa la vanguardia, y gran parte de la llave para un mejor futuro.
En términos generales, esta energía se consigue a partir de la fusión de átomos a altísimas temperaturas, generando un estado de la materia conocido como plasma. Fue la Unión Soviética, quien implementó el primer sistema de aislamiento, a través de un modelo denominado tokamak, que es una especie de anillo electromagnético, que aísla el plasma, evitando que pierda rápidamente su composición, y dando paso así a la fusión nuclear.
En base a este modelo, es que funciona la gran mayoría de los laboratorios de desarrollo de fusión nuclear en el mundo, pero el gran problema al que se enfrentan los más de 30 proyectos gubernamentales y privados que buscan encontrar este santo grial, es el hecho de que, debido a las condiciones de nuestro planeta, actualmente es mucho mayor la energía empleada para generar ese campo electromagnético, que la obtenida de la fusión resultante.
Esta es la respuesta que buscan resolver los científicos alrededor del mundo; aunque algunos como el emprendimiento desarrollado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts en alianza con la firma Commonwealth Fusion Systems, ya se ha planteado un plan de optimización constante, para en un plazo no mayor a 15 años, generar un sistema que finalmente sea eficiente y rentable, capaz de aplicarse de forma tangible en la industria, como una solución real, limpia y perdurable de energía.
Y aunque aún hay muchos escépticos que creen que pueda ser posible alcanzarlo, lo cierto es que se está desarrollando todo una industria, que además se vuelve ya muy lucrativa (basta con ver el precio de los softwares empleados, y el valor de las patentes), y que al ser el objetivo de algunas de las entidades más poderosas del planeta, y algunas de las mentes más brillantes, abre esperanzas de que en un futuro, no muy lejano, sea la clave que finalmente pueda aportar la energía limpia y duradera que tanto necesita el planeta.