Somalia, es considerado no solo uno de los ejemplos más claros de lo que es un estado fallido, sino que también es escenario de una de las crisis humanitarias más trágicas del planeta. Aquí analizamos cuales son los factores clave que han desencadenado semejante situación de extrema pobreza, guerra, caos y desintegración.
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División histórica
Desde sus orígenes, Somalia se ha caracterizado por una composición cultural diversa; múltiples clanes y tribus han ocupado parte de su geografía, e incluso en su etapa colonial, fueron varios los países que ejercieron dominio, particularmente Francia, Inglaterra e Italia, aunque fueron las regiones correspondientes a estas dos últimas, las que decidieron unirse en 1960, para conformar formalmente a la nueva Somalia.
Dictadura
Aunque en algún tiempo, principalmente de la primera mitad del siglo XX, Somalia registró un gran crecimiento, en la segunda mitad los conflictos se agudizaron, influidos en gran parte por la constante crisis política.
No tenía ni una década de independiente el país, cuando se impuso de golpe una dictadura militar; la cual, aunque llegó a establecer vínculo con la URSS; posteriormente rompió relaciones, quedándose aislada del mundo y en total decadencia.
Fueron más de dos décadas de inestabilidad social, que generó un nuevo conflicto bélico interno que comenzó también a dividir al país en subregiones, lo que también empezó a propiciar hambruna y carencia en gran parte del territorio nacional, donde además, los recursos naturales son limitados.
Terrorismo
Somalia, aunque es en su mayoría un país islámico suní, debido a la fragilidad social, grupos fundamentalistas han hecho múltiples esfuerzos por irse apoderando del territorio, particularmente grupos terroristas como Al Shabbab, que además también han desatado una enorme estela de violencia y represión.
Vinculado al Estado Islámico, Al Shabbab busca tomar el control del cuerno de África, donde está el territorio de Somalia, motivo por el cual no solo ha perpetrado ataques aquí, sino también contra países que han intentado apoyar a las fuerzas somalíes en el combate al terrorismo, como Uganda y Kenia.
Pobreza y falta de unidad
Los conflictos sociales y políticos, han generado tal precariedad, que desde hace varios años, Somalia es también una de las naciones más pobres de todo el planeta.
La industria local se encuentra debilitada, y tampoco se ha alcanzado la estabilidad que permita poder generar un nuevo desarrollo, pues ante la falta de un estado sólido, se ha generado una especie de anarquía, que ha propiciado también la aparición de nuevos estados autoproclamados, buscando resolver de forma más local la grave crisis que se extiende a lo largo del territorio.
Es así como actualmente, existen provincias como Puntlandia o Somalilandia, que aunque no cuentan con el reconocimiento internacional, se han declarado de facto como un gobierno independiente; no obstante que esto también ha incentivado diversos enfrentamientos y conflictos bélicos internos, que no terminan de solventarse, acrecentando así la grave situación de pobreza e inestabilidad social.
Al día de hoy, Somalia subsiste en buena parte por contribuciones internacionales, no solo en materia económica, sino también de infraestructura y militar; no obstante que amenaza de colapso total, se mantiene presente, y azotando con una gran pobreza extrema a la mayor parte del país.