Desde hace más de un año, los científicos Thomas Lovejoy y Carlos Nobre, hicieron un cálculo acerca de cual era el punto de no retorno en el proceso de deforestación del Amazonas, y si en ese entonces sus datos ya eran alarmantes, más aún lo es el hecho de que en meses recientes, este problema, en vez de solventarse, parece agudizarse con mayor rapidez, condenando así a uno de los principales pulmones naturales de todo el planeta.
Contenido
El punto de no retorno
El Amazonas, es el segundo río más largo del mundo, y representa también la selva tropical más grande del planeta, además de representar la mayor cantidad de agua dulce que desemboca en los océanos.
Se trata de un sistema natural con una importancia invaluable para la humanidad, no obstante que su superficie ha venido deteriorándose año tras año, sin excepción en cada uno de los 9 países que lo conforman.
De acuerdo a una investigación científica publicada en 2018 en la revista Science Advances, en los últimos 50 años, la deforestación ha provocado la pérdida del 17% de la superficie total del Amazonas; y según los cálculos de los científicos, el hecho de alcanzar un 20%, significaría ya un nivel de deterioro, que terminaría por condenar el futuro de este reservorio esencial para la absorción de carbono, y que representa también una parte importante de la biodiversidad del mundo.
La deforestación se acelera
Diversas organizaciones han estado realizado múltiples esfuerzos, pues a pesar de que en la presente década, la labor ambientalista, logró ir reduciendo anualmente el nivel de deforestación del Amazonas, en meses recientes éste ha vuelto a repuntar, debido a múltiples factores.
Uno de los mayores problemas se está generando en Brasil, pues tras la llegada de Bolsonaro a la presidencia, se han estado debilitando las normas ambientales, llegando incluso a fusionar los departamentos de medio ambiente y agricultura; pues de hecho, desde campaña el controvertido político lanzó también varias advertencias, donde declaró sus intenciones de incrementar la explotación del territorio en pos de un mayor beneficio económico.
Pues la zona del Amazonas, no solo es rica en biodiversidad, sino que los bienes madereros también son un valor rentable, aunque también existen zonas propicias para la minería y la extracción de petróleo; además de que la agricultura, se ha vuelto también una amenaza constante, que año con año va reduciendo el área natural.
El Instituto Socioambiental de la Amazonia, la cual obtiene datos del sistema de rastreo satelital del Amazonas, emitió una alerta, pues en los primeros dos meses del 2019, se deforestaron más de 8.500 hectáreas de bosque, lo cual no solo representa una pérdida promedio de 170 mil árboles por día, sino que esto representó también una deforestación 54% más rápida que la registrada en 2018.
Brasil no es el único con problemas
Y aunque en Brasil se encuentra la mayor parte de la superficie, también otras naciones reportan severas amenazas al ecosistema, tal es el caso del Perú, donde se reportan casi 200 derrames de petróleo en los últimos 20 años, los cuales también generan severas consecuencias al largo plazo.
Uno de los problemas más grandes, radica también en las concesiones para explotar el territorio, pues aunque se supone que existen áreas protegidas, de acuerdo a un informe de la Red Amazónica de Información Socioambiental, el 65% de este territorio, en realidad está superpuesto con concesiones para proyectos de infraestructura y demás inversiones, incluidas minas y carreteras, las cuales representan también la punta de lanza, para seguir detonando la invasión urbana y la pérdida de territorios naturales.
Por esto mismo motivo, científicos consideran que el Amazonas vive una fase clave de transformación, donde de igual forma está emitiendo signos de alerta, pues la cantidad de inundaciones e incendios forestales, combinados con la incesante intervención humana, ponen en riesgo a este baluarte natural, que debería tener una mayor protección internacional, por su invaluable importancia para la humanidad entera.