Las Navidades son una época de muchos gastos. Los viajes, las comidas en restaurantes, las reuniones familiares en las que no falta absolutamente de nada, los regalos de bienvenida, Papá Noel, los Reyes Magos, amigos invisibles con amigos y compañeros de oficina, etc.
A este dispendio hay que añadir lo que suben las facturas mensuales de otros gastos fijos como la luz y el gas, que con la llegada de las fiestas y del frío se pueden llegar triplicar fácilmente.
Por suerte, hay una serie de cosas que puedes hacer para ahorrar en la factura de la luz y el gas.
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Utiliza un comparador de compañías energéticas
Puedes utilizar una herramienta llamada comparador luz y gas para saber qué precios ofrecen las diferentes compañías energéticas y contratar así la empresa que más te convenga. Y es que, del mismo modo que ocurre con las diferentes compañías telefónicas, de streaming de vídeo, etc., no todas las suministradoras cuentan con las mismas tarifas y servicios.
Además, cambiar de compañía energética es un proceso muy sencillo y rápido, mucho más que cambiar de operadora telefónica.
Contrata solo la potencia necesaria
Todas las compañías de luz y gas te ofrecen la posibilidad de contratar una determinada potencia que limita tu consumo de luz y de gas. Cuanta más potencia contrates, más pagarás cada mes, independientemente de que llegues a utilizar toda la potencia o no.
Calcula bien la potencia que necesitas y contrata únicamente la que vayas a necesitar. Dicho de otra forma, ¿por qué pagar seis cuando solo necesitas tres?
Bombillas de bajo consumo
La tecnología ha llegado para ayudarnos y hacernos la vida más fácil. En este sentido, las bombillas de bajo consumo suponen un avance porque no pierden luminosidad y, sin embargo, tienen la virtud de gastar mucha menos energía, por lo que a la larga suponen un alivio para tu bolsillo.
No despilfarres
Unos minutos de gasto energético no suponen un gran gasto, el problema es que, a final de mes habrás acumulado muchos minutos, tantos como para que sí suponga un gasto considerable en la economía familiar. Es decir, tu factura irá creciendo a medida que le vayas añadiendo muchos “poquitos”. Es por eso que debes recortar gastos poco inteligentes que no suponen un gran ahorro, pero que al sumarlos sí que resultarán significativos.
Esa es la razón por la que debes apagar la luz de las habitaciones que estén vacías, desenchufar de la corriente los cargadores que no se estén utilizando, cerrar las ventanas cuando tengas la calefacción encendida, etc.
Abrígate bien
Cuando estés en casa no tienes por qué poner la calefacción al máximo ni que usar constantemente los calentadores. Lo mejor que puedes hacer es abrigarte bien; usa ropa como jerséis, o una sudadera de calidad.
Esto no quiere decir que no tengas que poner la calefacción, pero sí que puedes restringir su uso o utilizarla con una menor potencia. No puedes pretender ir por casa en camiseta en pleno invierno, así que sé consecuente y ahorrarás unos cuantos euros al mes.
Cocina para varios días
Una manera inteligente de ahorrar tanto luz como gas la encontrarás en los fogones. Cuando cocines, aprovecha para preparar una mayor cantidad de comida. Lo que sobre lo puedes guardar en el frigorífico o en el congelador para dar cuenta de ello más adelante.
Ahorrarás el doble, el triple o el cuádruple de recursos energéticos -dependerá de la cantidad de comida que cocines- y, además, ganarás tiempo en los días sucesivos, puesto que solo tendrás que invertir tiempo en calentar la comida.