Por desgracia, las ciberestafas se han convertido en un fenómeno bastante habitual de nuestra sociedad actual. El entorno digital facilita que los estafadores puedan utilizar diversos métodos y técnicas destinadas a engañar a sus víctimas desde el anonimato, con el objetivo de obtener beneficios económicos.

En este escenario, las personas de la tercera edad, quienes viven con alguna discapacidad y menores de edad, serían grupos especialmente vulnerables a este tipo de estafas. Esto es así porque pueden llegar a tener menos experiencia o conocimiento sobre el uso correcto de la tecnología, situación que los vuelve más propensos a confiar en desconocidos.

“Es deleznable, pero ocurre”, fueron las palabras de Hervé Lambert, Global Consumer Operations Manager de Panda Security respecto al tema de las ciberestafas a colectivos vulnerables y personas con discapacidad.

“Ocurre desde ataques personalizados a través de redes sociales que intentan colar un enlace utilizando la técnica de phishing a través de un grupo, por ejemplo, de Facebook, donde interactúan personas de una asociación con Síndrome de Down, hasta la manipulación de código en apps o programas que monitorizan dispositivos inteligentes como prótesis con chips adheridos al cuerpo”, fueron las declaraciones del experto en ciberseguridad.

¿Cuál es el Modus Operandi?

Por lo general, los delincuentes cibernéticos se valen de diversos métodos para generar confusión en las víctimas e intentar aprovecharse de su vulnerabilidad. Según los especialistas en seguridad de Panda Security, los tipos de ciberataques a colectivos vulnerables con discapacidad suelen ser:

Estafas a través de redes sociales

Los estafadores pueden crear perfiles en redes sociales suplantando la identidad de una persona u organización. Desde ese perfil se dirigen a cualquier persona identificada como población vulnerable para ofrecerles servicios, becas y ayudas monetarias que, por supuesto, nunca llegan a término.

El método de estafa consiste en solicitar dinero por adelantado para completar los trámites burocráticos correspondientes a solicitud del supuesto beneficio. También pueden hacerse pasar por familiares o conocidos y pedir dinero para alguna emergencia o información personal, como números de seguridad social y contraseñas.

Correos electrónicos fraudulentos

A esta técnica se le conoce como ‘Phishing’ y resulta una forma común de estafa en línea dirigida a personas mayores y discapacitadas. En este caso, los estafadores envían correos electrónicos que parezcan legítimos, usualmente notificaciones bancarias falsas, intentando obtener información personal o financiera.

Ofertas de empleo falsas

Los estafadores llegan a publicar anuncios de empleo falsos en diferentes sitios web de búsqueda de empleo o enviar correos electrónicos masivos ofreciendo trabajos remotos o a tiempo parcial. A partir de ahí, pueden continuar la comunicación hasta obtener información personal como números telefónicos, direcciones y otros datos.

En una siguiente etapa, pueden simular una entrevista laboral por Zoom u otras plataformas de videollamada, o también recurrir a la técnica del ‘Vishing’, donde intentan chantajear a la víctima para solicitar dinero, utilizando la información obtenida previamente.

Por todo lo anterior, es importante que las personas pertenecientes a los colectivos considerados vulnerables en estos casos puedan conocer más sobre estas formas de estafa en línea y puedan tomar las medidas necesarias para protegerse.