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Donald Trump: “Nadie estará seguro en la América de Joe Biden”

Trump reeleccion 2020

Hay que ir hasta la Segunda Guerra Mundial para encontrar un presidente que haya aceptado la nominación de su partido a la presidencia desde la Casa Blanca. Lo hizo el demócrata Franklin D. Roosevelt con un discurso difundido por la radio, en 1940. Eran otros tiempos. Los Estados Unidos estaban a un año de participar en una lucha mundial contra el fascismo. Esta madrugada el presidente Donald Trump ha ofrecido su discurso de aceptación desde los jardines de la Casa Blanca, con la fachada sur como escenario majestuoso, y ante más de un millar de invitados, sin mascarilla en la mayoría de casos, sentados codo con codo. Una apropiación trumpista del símbolo de todos los estadounidenses para señalar los nuevos enemigos del país, ochenta años después. Ya no están fuera, sino en casa. Son los demócratas de Joe Biden, que, con una”.

Los Estados Unidos no son un régimen totalitario, pero la clausura de la convención republicana ha recordado, en algunos momentos, algunos actos de exaltación de líderes de países con menos tradición democrática. Es innegable, a estas alturas, que ya no existe el Partido Republicano. En 2020, consumidos tres años y medio de la presidencia de Trump, se trata de un colectivo rendido al mandatario. Trump es un ídolo de culto, y la última noche ha sido la culminación de la exaltación de su figura. Ivanka Trump, su hija y asesora, la ha presentado como un hombre al que los trabajadores acuden “con lágrimas en los ojos” para agradecerle que sea “el único” que lucha por ellos; como un presidente “que siente una profunda compasión por los que han sido tratados injustamente”.

Y, como presidente del pueblo, Donald Trump ha recuperado uno de sus mensajes populistas clásicos: “Me quieren derribar porque estoy luchando por vosotros”. Trump como último baluarte ante la barbarie promovida por el Partido Demócrata y los medios de comunicación, que esconden una verdad de la que “no quieren escribir”. Trump como el outsider que ha hecho agachar la rodilla a los políticos de carrera, que están “furiosos” con él “porque, en vez de ponerlos a ellos primero”, puso “América primero”. Trump como héroe que abandona “una buena vida” por “no hacer nada más que luchar por vosotros”. Trump como encarnación y defensor del anhelado “Sueño Americano”, que hoy está “en peligro”. El riesgo es Joe Biden: “Si le dan la oportunidad, será el destructor de la grandeza americana”. En palabras del presidente, “el historial de Biden es una lista vergonzosa de las traiciones y los errores más catastróficos”. 

Setenta minutos de discurso plagados de exageraciones y mentiras. Mentira en presumir de “la tasa de mortalidad más baja” para Covidien-19 entre los países desarrollados (Estados Unidos tiene lugar en el podio). Mentira en la afirmación de que Joe Biden “retirará fondos a la policía” (ha defendido, de hecho, “dar más dinero a la policía”). Mentira en la afirmación de que Biden “defiende los abortos” incluso “hasta el momento del nacimiento” (no hay testigos de una declaración así del demócrata). Mentiras, exageraciones y una defensa cerrada de la policía para reafirmar su mensaje de “ley y orden” frente “el gobierno de la turba” promovido por los demócratas, que llevará “disturbios, saqueos, incendios y violencia” en las calles de todo el país”. 

En la velada de una marcha convocada en Washington para denunciar la violencia policial y el racismo sistémico, Donald Trump ha ignorado, una vez más, cualquier referencia a aquella realidad, y ha defendido que “una mayoría abrumadora” de agentes “son nobles , valientes y honrados “, al tiempo que ha incidido en el mensaje de represión hacia los” supuestos manifestantes pacíficos “. Entre líneas, un mensaje con profundas raíces en la historia racista del país. Si no existe la violencia policial contra los afroamericanos pero menciona repetidamente la violencia que ha surgido en algunas de las manifestaciones que la denuncian, parece sencillo concluir que afroamericanos y violencia son sinónimos. Trump, sin embargo, asegura ser el presidente que “ha hecho más por los afroamericanos” desde Lincoln. ” 

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