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China y los coches clones

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La piratería es un negocio que ha encontrado sus caminos para pasar desapercibido y ha resultado ser favorecedor para sus elaboradores. En el mundo existe un lugar geográfico que concentra la mayor cantidad de fabricantes de productos de imitación: China.

Desde relojes, auriculares y teléfonos celulares hasta televisores, computadoras y automóviles, el mercado de imitación de China parece no tener límites.

Cuando se trata de coches clones, los piratas solo logran copiar la apariencia y el estilo de diseño de sus contrapartes originales pero no sus sistemas tecnológicos ni innovaciones.

Aún así, es alarmante la similitud de los automóviles originales con sus imitaciones, tanto así que logra confundir a simple vista a los compradores.

¿Cómo ocurre esto de forma legal? ¿Los creadores originales no toman medidas contra esto? ¿No existe repercusión para los fabricantes de las copias chinas?

Coches clones chinos: un negocio sin márgenes

Cuando una empresa automotriz lanza un vehículo nuevo al mercado, su diseño ya está patentado y registrado, pero esto no es un inconveniente para la piratería del país asiático.

La gran mayoría de los compradores de los vehículos clones se sienten inclinados a estas imitaciones porque su rango de precios es mucho más accesible que el de los autos legítimos. La diferencia de los costos se debe a la carencia de los sistemas de tecnología y seguridad que los autos originales implementan, aunque esto no parece representar un problema para sus compradores.

Y acompañando al factor anterior, sí, en China sí existen las leyes de protección de la propiedad intelectual de los fabricadores de autos, pero el pensamiento colectivo social de su cultura se sobrepone a los valores individuales. Es decir, los beneficios de este negocio para los chinos son más importantes que los daños a las empresas de Occidente.

El mercado de imitaciones chino nunca trabaja a pérdida. Si las empresas automovilísticas deciden demandar a los fabricantes de las copias piratas de sus autos, el juicio podría durar años en desarrollo hasta que se llegue a un veredicto justo, y mientras esto iría en proceso, los clones seguirían vendiéndose y multiplicándose y la marca original vería daños en su reputación en China.

Por ejemplo: Honda realizó una demanda contra un fabricante chino que le copió el diseño de su camioneta CR-V y el juicio tardó 12 años llegar a una conclusión, 12 años en los que el auto copiado siguió sus ventas como si nada.

Ya las respuestas de las marcas Occidentales a este fenómeno Oriental es solo aceptar las copias y dejar a los modelos originales competir contra sus propios clones en China. De este modo, el mercado chino se enfoca en desarrollar coches clones y no en desarrollar tecnología para mejorarlos, cosa que sí hacen sus creadores para nuevos modelos.

¿Cómo diferenciar un auto original de un clon?

El primer factor a tener en cuenta es el precio, que suele ser un tercio del costo de los vehículos originales, pero el factor más importante son sus funciones técnicas. Estas no son incluidas en los coches clones porque su implementación significaría un aumento en su costo.

En cuanto a características físicas, la apariencia entre los originales y los clones puede ser similar, pero la cuestión está en que los detalles no suelen ser replicados a la perfección; este es su talón de Aquiles.

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