El intercambiador de calor, como su nombre indica, es un equipo con la capacidad de transferir calor de un medio a otro, necesario en las instalaciones de climatización y otras aplicaciones. Su funcionamiento tiene una gran influencia en la eficiencia del equipo de climatización, por tanto es preciso aplicar un plan de mantenimiento preventivo y correctivo que garantice su operatividad.
La limpieza de intercambiadores de calor involucra diferentes tareas, mayormente a nivel preventivo. Estas tienen como objetivo evitar el ensuciamiento del intercambiador y todos sus componentes, los cuales son susceptibles a la suciedad, la presencia de químicos, lodo y otros que se suelen experimentar en equipos de ingeniería.
En las siguientes líneas analizaremos algunos de los tipos de ensuciamiento más comunes en los intercambiadores de calor y algunos métodos de prevención aplicables para solventar cualquier situación que se presente. El ensuciamiento de los intercambiadores de calor se puede dividir en cuatro categorías principales:
Contenido
Químico
Se manifiesta con la presencia de costras que ocasionan corrosión en los componentes. Uno de los agentes químicos más comunes en el ensuciamiento químico del intercambiador de calor es la cal, apareciendo especialmente en tuberías y calderas, volviéndose un problema cuando el agua destinada a refrigeración tiene alto contenido de minerales.
La estruvita es un mineral de fosfato, presente en la orina de animales con dietas ricas en magnesio. En la gestión de aguas residuales, la estruvita suele ocasionar problemas molestos debido a la formación de una costra dura en el intercambiador de calor, así como las tuberías. Ante la presencia de costras de cal y estruvita, es precisa su eliminación física.
Biológico
Algas, mejillones cebra y efluente son las tres fuentes clásicas de problemas para el intercambiador de calor. Son residuos biológicos invasores que provocan problemas en los sistemas de tratamiento de aguas residuales. Sin embargo, con el mantenimiento adecuado su presencia no es habitual, ya que se puede controlar con un lavado regular.
Acumulación
La sedimentación es causada por las partículas que se adhieren a las superficies con el paso del tiempo. Cuando la temperatura del agua permanece alta, ocurre otro fenómeno negativo, denominado ‘quemado’, el cual ocasiona el sobrecalentamiento de los materiales, quemando sedimentos y material biológico.
El control de la temperatura y el uso de tuberías e intercambiadores de calor con superficies corrugadas son una solución práctica a este problema.
Corrosión
En casos donde el material del intercambiador es susceptible al desgaste o la corrosión, como ocurre con el aluminio y el cobre, la misma suele producirse de forma acelerada e, incluso, la formación de puntos de oxidación. El uso de acero inoxidable es la principal medida preventiva, junto a una limpieza regular.
Los encargados de ofrecer mantenimiento a los intercambiadores de calor tendrán que evaluar las características de cada equipo y conocer los factores asociados al ensuciamiento. En base a este conocimiento, tienen la capacidad de realizar las intervenciones preventivas que sean necesarias para garantizar el buen funcionamiento del equipo.