Mónaco es uno de los destinos turísticos preferidos por los amantes de la Fórmula 1 gracias a lo singular de su trazado urbano, que recorre las lujosas calles del Principado y se aleja de la frialdad sintética de la mayoría de circuitos del calendario. Se ha convertido en uno de los grandes premios más seguidos en todo el mundo, lo que ha servido de ayuda para difundir la imagen del Principado y a potenciar todavía más su espíritu de exclusividad. Las imágenes de cientos de enormes yates amarrados en el puerto deportivo, con multimillonarios magnates del petróleo contemplando la carrera desde sus cubiertas, despierta envidias a todo aquel que vibra con el mayor espectáculo automovilístico del mundo.
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Presente desde los inicios de la F1
El de Mónaco es uno de los grandes premios con más solera en el universo de la Fórmula 1. Debe su existencia a Antony Noghès, presidente del Automobile Club de Monaco desde 1940 a 1953 y también responsable de otro evento histórico: el Rally de Montecarlo. Forma parte del Campeonato Mundial de Fórmula 1 desde su fundación en 1950, año en que Juan Manuel Fangio se subió lugar más alto del podio tras dar toda una lección de conducción con su Alfa Romeo. Desde 1955 no ha faltado a su cita en ninguna de las temporadas (salvo en 2020) y fue testigo de la lucha entre Gerhard Berger y Alain Prost en 1988, que ganó este último con el mítico McLaren Honda MP4/4.
Loews, una curva clásica
El circuito de Mónaco destaca por su combinación de cambios de nivel, que se combinan con curvas extraordinariamente cerradas y rectas cortas. Además, debido a lo estrecho de sus vías, los adelantamientos suelen ser al límite, lo que lo convierte en uno de los más peligrosos de todos los trazados que componen la temporada de Fórmula 1. Curvas como la Rascasse o la de Loews, esta última situada frente al lujoso hotel Fairmont y que tiene el honor de ser la más lenta de todo el circuito, mantienen en vilo a audiencias millonarias. Igualmente espectacular es el túnel que atraviesa la parte inferior del Fairmont.
También destaca la sinuosa subida por Beau Rivage, que desemboca en el archiconocido Gran Hotel de Montecarlo. El azar convirtió a Mónaco en un destino de referencia para los amantes del juego más pudientes gracias a la llegada de la ruleta de los hermanos Blanc, un diseño que se ha mantenido casi inalterado hasta las versiones presentes en los actuales casinos online, como es el caso de Betway, donde todos los productos de ruleta europea, pese a sus innovaciones, beben del diseño de estos dos hermanos franceses; pero la F1 situó al Principado en el imaginario popular gracias a carreras inolvidables.
Experiencias no aptas para todos los bolsillos
Para aquellos que deseen vivir de primera mano la experiencia del Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1, existen diversos paquetes de lujo que ofrecen un sinfín de alternativas. Entre ellas destacan las ofrecidas por The Motorsport Shop Hospitality en la página web Luxury F1. Con la opción Formula 1 Paddock Club se puede disfrutar de un pase VIP que incluye un paseo por el pit lane, la presencia como invitado en la rueda de prensa y un espacio espectacular para disfrutar de la carrera en el puerto de Mónaco.
También organizan fiestas para hasta 20 personas, muy populares como eventos de empresa, en las que se puede disponer de un yate o de una suite con balcón en la parte alta del Principado para no perderse ningún detalle de la carrera en compañía. Por supuesto, todo esto acompañado de un servicio de catering del más alto nivel. Además, para quienes quieran sentirse miembros de la jet-set monegasca, se puede contratar un servicio privado de helicóptero para desplazarse a Niza y completar así la experiencia turística.
Gran Premio de Mónaco 2021
Este año la carrera tendrá lugar el domingo 23 de mayo a las 15:00 h CEST, así que, para los lectores cuyos bolsillos se lo puedan permitir y que deseen sentir el rugido de los motores de los monoplazas retumbando en las calles de uno de los epítomes del lujo y glamour europeos, todavía queda tiempo para organizar una visita que, sin duda, será inolvidable. Eso sí, sin descuidar la seguridad y la precaución.