Del inicio de enero a la fecha se han documentado 18 muertes de niños sirios en ataques con armas de fuego y explosivos que no habían detonado, señala la agencia para la infancia, que estima que 4,7 millones de menores de edad precisan asistencia humanitaria.
Durante las tres primeras semanas de 2021 han muerto en Siria al menos 18 niños y 15 más fueron heridos como resultado de ataques con armas explosivas y municiones sin detonar, informó este domingo el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Sólo este fin de semana, tres niños fueron muertos en embestidas cerca de Tall Rifaat, en la zona rural del norte de Alepo, al noroeste del país. El jueves, dos niños de uno y diez años murieron en un ataque en Hama, al centro-oeste de Siria. Otro niño fue herido.
La directora ejecutiva de UNICEF, Henrieta Fore, dijo que a diez años del comienzo de la guerra en ese país, “los niños siguen siendo asesinados, heridos, desplazados y privados de lo esencial”.
En el noreste de Siria la violencia ha aumentado en el campamento de desplazados de Al-Hol, donde más de dos tercios de la población son niños, poniendo en riesgo sus vidas. La situación allí pone de relieve la urgencia de soluciones a largo plazo, incluida la repatriación o el reasentamiento de niños extranjeros varados en esa instalación, señaló UNICEF.
En Hassakeh continúan las agresiones a los servicios básicos y la infraestructura civil. El suministro a la estación de agua de Alouk, la principal fuente de ese líquido vital para casi medio millón de personas, se cortó nuevamente a principios de esta semana. Estas interrupciones obligan a los civiles a utilizar agua no potable, con los riesgos que esto implica para la salud, especialmente en el caso de los niños.
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El invierno agrava la situación humanitaria
En el noroeste del territorio sirio, las duras condiciones invernales, incluidas lluvias torrenciales y nieve, han afectado al menos a 22.000 personas. Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), más de dos millones de personas siguen desplazadas y viven en tiendas de campaña, refugios y edificios destruidos o sin terminar. Esta semana un niño de seis años habría fallecido cuando un muro construido alrededor de su tienda se derrumbó a causa de las inundaciones y las nevadas.
“Los niños y las familias en Siria han sufrido mucho durante la última década y no se percibe un final próximo”, apuntó Fore.
Los datos de UNICEF indican que al menos 4,7 millones de niños en el país necesitan asistencia humanitaria.
Abandono escolar
La pobreza creciente, la escasez de combustible y el aumento de los precios de los alimentos están obligando a los niños a abandonar la escuela para trabajar. La pandemia COVID-19 se propaga rápidamente y dificulta la supervivencia de las familias, así como la capacidad de los padres de brindar educación básica y protección a sus hijos.
La agencia de la ONU continúa trabajando para apoyar a los niños sirios y sus familias. “Pero no podemos hacerlo solos”, subrayó Fore.
Agregó que UNICEF precisa recursos para ayudar a cubrir las necesidades básicas de estas personas.
“Necesitamos financiamiento. Necesitamos un mejor acceso. Sobre todo, necesitamos que todos protejan a los niños y los pongan fuera de peligro”, recalcó la titular de UNICEF, y pugnó una vez más por poner fin a la violencia en Siria.
Fuente: ONU.