Viajar en ferry a Palma de Mallorca no es solo una cuestión de ocio y placer vacacional para los más aventureros y viajeros. Más allá de su potencia como destino turístico, son numerosas las personas que a diario realizan este trayecto marítimo por el Mediterráneo como vía y medio para llegar a sus puestos de trabajo.

A primera hora de la mañana o para trabajar por temporadas, especialmente durante los meses de verano, muchas son las personas que tienen que viajar en ferry hasta Mallorca. Un servicio muy funcional que cubre las necesidades de cada vez más usuarios.

Aunque es el más habitual, el de carretera no es el único transporte usado en movilidad laboral, para desplazamientos por trabajo. El medio marítimo también se convierte en algo rutinario en el caso de muchas islas como Mallorca, un lugar idílico para muchos viajeros como destino vacacional, pero también tierra de empleo y jornal para quienes se ganan la vida en bares, restaurantes, hoteles o cualquier tipo de sector laboral, especialmente predominante en este caso en el ámbito de la hostelería y el turismo, siendo además la isla de mayor dimensión y población del archipiélago balear, bañado por aguas del Mediterráneo, junto a Menorca, Ibiza y Formentera.

La proximidad a ciudades grandes y potentes como Barcelona y Valencia, favorece de igual modo el trasiego de población que va y viene de un lado a otro por trabajo, potencia la actividad laboral y económica de la capital balear y deja una estampa de vida y movimiento en el tráfico marítimo con destino a Palma, especialmente durante los meses estivales, desde un poco antes de que arranque el verano hasta su fin.

Y es que, existe una corriente real de temporeros o personas que prestan sus servicios estacionalmente en la isla y algunos de los servicios disponibles en el transporte vía ferry está pensado para ellos, teniendo en cuenta las circunstancias y necesidades de estos perfiles. Así, es habitual incluso encontrar ofertas de temporeros para que, tanto al comenzar la temporada de trabajo en verano como al finalizar, viajar entre la península y las Islas Baleares en barco resulte algo más fácil y operativo, con una disponibilidad concreta de horarios de salidas y llegadas a los puertos de origen y destino, y diversas ventajas disponibles para traslados por motivos laborales. 

Transporte estable y fiable

Aun sin ofertas, una de las ventajas de este medio de transporte es que las tarifas se caracterizan por ser por lo general estables, sufriendo pocas variaciones o las mínimas oscilaciones a lo largo del año. Se ofrece en todo caso una variedad de billetes, desde los más baratos hasta primera clase, y diversidad de servicios y comodidades a bordo, como bar-cafetería, tienda o sala de entretenimiento. Asimismo, los pasajeros deciden si realizar el trayecto entre islas en viaje diurno o nocturno.

El ferry a Palma de Mallorca mantiene por esta razón una óptima frecuencia de trayectos ofrecidos por distintas compañías navieras como pueden ser Balearia, Corsica, GNV, Trasmed, Trasmapi o Mediterránea Pitiusa.

La calidad, seguridad y comodidad durante la navegación son valores comunes en prácticamente todos los trayectos.

Desde la Península, las salidas hasta Mallorca son desde Barcelona, Valencia y Denia (ciudad portuaria del levante español). Y desde las mismas Baleares, también se llega a la isla mayor desde las otras tres, Menorca, Ibiza y Formentera.

En todos los casos y supuestos, ir en ferry a Mallorca es una de las formas más fáciles y cómodas de llegar a la isla balear. Tanto si se va de vacaciones como por trabajo, el trayecto brinda además por el camino una experiencia única y muy atractiva a través de las aguas del Mediterráneo. 

Más allá del aspecto económico y del placentero, otro punto favorable del ferry es la libertad y flexibilidad para el transporte de artículos, herramientas, accesorios o equipaje, además de poder viajar hasta la isla con vehículo propio, y disponer luego de su uso en el destino.