En torno a los juegos de azar se tejen muchas historias y, en ocasiones, algunas de ellas parecen demasiado fascinantes para ser creíbles. Por ejemplo, qué pensarías si te dijéramos que en la década de los noventa existió un grupo de estudiantes universitarios que logró llevarse millones de dólares de los casinos importantes de Las Vegas, simplemente contando cartas en el Blackjack.
Seguro que te resultaría una historia poco creíble, pues sabemos que las grandes corporaciones de apuestas tienen protocolos estrictos para evitar este tipo de situaciones. Sin embargo, la historia del equipo de Blackjack del MIT no es un mito de las apuestas, ni la trama de una película hollywoodiense, sino de un hecho completamente real, con responsables de carne y hueso.
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Bill Kaplan, el genio matemático detrás del plan
En 1977, Bill Kaplan de 18 años y cuya facilidad para las matemáticas le había asegurado el ingreso a la Universidad de Harvard, decidió tomar 1.000 dólares y llevarlos a Las Vegas para multiplicarlos. Esto ocurrió después de leer el texto Beat the Dealer: a Winning Strategy for the Game of Twenty-One, de Edward Thorp, donde se explicaba un método infalible para vencer en el Blackjack.
Como resultado, nueve meses después, Kaplan tendría en sus manos la nada despreciable cifra de 35.000 dólares. Completó sus estudios en Harvard y se mantuvo durante años recorriendo casinos alrededor del mundo. Su vida tuvo un cambio de 180 grados cuando el líder de un grupo de estudiantes del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) entró en contacto con él.
Personajes como JP Massar, John Chang y Mike Aponte, se convirtieron junto a Kaplan en los pilares del equipo, que llegó a contar con una plantilla de 80 jugadores y, en ocasiones, llegaron a sumar 35 jugadores que trabajaban en simultáneo en casinos de todo el mundo, desde Cambridge hasta Washington, locaciones donde nunca se había visto un ataque organizado de esta magnitud.
¿Cómo lograron esta hazaña?
Esta nueva empresa, “Strategic Investments”, recibió un financiamiento de un millón de dólares, proveniente de inversores amigos de Kaplan que ya habían trabajado con él y habían comprobado que su método funcionaba. El capital se utilizó para captar y capacitar a los nuevos miembros, con quienes perfeccionó el método, basado a grandes rasgos en el conteo de cartas.
Por supuesto, no era tan simple como entrar en un casino cualquiera y apostar. Se realizaba todo un estudio previo y dentro del salón de apuestas se encontraban tres figuras: el jugador, el controlador y el observador. Estos dos últimos eran los responsables de preparar el terreno para el trabajo del jugador.
Strategic Investments fue disuelta en diciembre de 1993, a pesar de sus resultados positivos. Esto fue debido al comportamiento de algunos de sus miembros, quienes se expusieron y estaban siendo investigados por la DEA y el FBI. Algunos fueron descubiertos contando cartas y llevados a juicio, pero sus hazañas se convirtieron en un mito entre los apostadores de todo el mundo.
De hecho, la historia del tristemente célebre equipo del MIT fue llevada al cine bajo el título “21 Black Jack” a manos del director Robert Luketic.