Llevar una vida sana, con los cuidados que requiere y realizar hábitos saludables no tiene por qué ser muy complicado, tan solo hay que atender a algunos consejos y ponerse en marcha cuanto antes, se ganará en calidad de vida.

En la actualidad, las personas cada vez están más preocupadas por llevar una vida saludable. Lo cierto es que cuidar de la salud y el bienestar es algo que importa cada vez más y es por ello que es frecuente que las personas estén tomando más conciencia y se dediquen a llevar hábitos de vida que mejoren su salud notablemente y ayuden a sentirse mejor. Hay que tener en cuenta que los comienzos nunca fueron fáciles, sin embargo, con un poco de esfuerzo y voluntad todo el mundo puede conseguirlo. Para que sea más sencillo, en este artículo se detallan algunos hábitos que la mayoría de personas debería llevar para conseguir esa vida saludable que tanto se desea. La alimentación, el ejercicio físico, la higiene o el dejar a un lado las sustancias tóxicas, son algunas de las acciones que, si se realizan de manera correcta, el éxito estará garantizado. 

¿En qué consiste llevar una vida saludable?

Para poder llevar una vida saludable lo primero que hay que saber es qué es realmente este estilo de vida. En este sentido, hay que decir que viene a ser algo así como vivir en paz y armonía y conseguir el equilibrio perfecto entre la mente y el cuerpo, además de controlar otros aspectos como la vida personal y profesional, así como la social. Sabiendo esto, para alcanzar estos objetivos propuestos, es importante conocer qué tipo de rutinas, acciones o hábitos se pueden llevar a cabo y lo cierto es que, la mayoría de ellos, son fáciles de cumplir, tan solo, hay que tener las ideas muy claras y ponerse en marcha lo antes posible.

La alimentación

Sin duda alguna, la alimentación es la base de la vida saludable y precisamente por ello, es conveniente llevar una dieta equilibrada. En este caso, la dieta debe contar con numerosos alimentos de todo tipo, teniendo siempre en cuenta la pirámide nutricional establecida y recomendada. Así, una buena dieta equilibrada pasa por tomar nutrientes, grasas, grasas monoinsaturadas en menor cantidad, al igual que las poliinsaturadas y las saturadas. A todo ello hay que sumarle un porcentaje de proteínas y finalmente, fibra vegetal. Por supuesto, todo ello en las proporciones adecuadas según el especialista.

Actividad física

De la mano de la dieta equilibrada viene el ejercicio físico, también fundamental para conseguir esa vida saludable que tanto se desea. Aunque la actividad física dependerá de la capacidad y el estado de forma de cada uno, los expertos aconsejan que, al menos, se lleve alguna práctica deportiva media hora al día. Algunos podrán correr, otros realizar ejercicios de fuerza, también hay a los que les gusta algún deporte… En cualquier caso, con caminar rápido podría ser suficiente para empezar.

No a las sustancias tóxicas

Cuando se habla de sustancias tóxicas se está haciendo referencia principalmente a las drogas, el tabaco o el alcohol. Sin duda, este tipo de sustancias son muy perjudiciales para la salud, por lo que no se deben de tomar. Lo único que permiten los expertos en este sentido, es beber, de vez en cuando una copa de vino o de cerveza, pero poco más.

Higiene

La higiene es otro pilar básico de la vida saludable, puesto que si se lleva de manera adecuada, se evitarán numerosos problemas de salud. En este sentido, hay que decir que contar con una buena higiene se traduce en no tener infecciones, tampoco desarrollar enfermedades dentales o incluso en la piel. Además de llevar la higiene propia, con el aseo del cuerpo, el concepto debe ir más allá y también extrapolarlo al ámbito doméstico.

Equilibrio

Además de la parte física, el estado emocional también debe ser saludable. En muchas ocasiones, se viven situaciones de estrés o de ansiedad, que puede afectar negativamente al bienestar psicológico. Hay que saber dejar momentos para uno mismo, para relajarse y desconectar del trabajo o de otras situaciones que generen este estado. De igual modo, una buena fórmula de mantener ese equilibrio es contar con buenas relaciones sociales, ya que la actividad social es fundamental para el desarrollo emocional óptimo.